Estilo personal: Un profesor me dijo una vez que no debía preocuparme por tener un estilo propio, ya que este se desarrolla con el tiempo. Después de explorar muchos estilos, descubrí que me identifico con el abstracto. Este estilo me brinda libertad de expresión y me permite desconectarme del mundo para crear mis propios universos.
Conexión con la esencia: El arte abstracto me conecta con mi esencia y mi alma, que son elementos constantes a pesar de los cambios en mis técnicas o paletas de colores. Mi estilo es lo que permanece a través del tiempo, es mi esencia.
Proceso creativo: Durante el proceso creativo, voy modificando mis obras, como si algo en mí estuviera pidiendo salir. Las temáticas surgen naturalmente, sin condicionarme, y me gusta que cada espectador interprete mis obras libremente.
Influencias y emociones: Mi estado de ánimo influye en el resultado final de mis obras, que varía ya que es natural que las personas no se sientan siempre de la misma manera. Busco que mis pinturas sean intensas y dramáticas, que te hagan reflexionar y que te provoquen algo.
Filosofía artística: Mi filosofía artística se basa en que una obra debe provocar algo en quien la vea. Si una obra de arte, ya sea una película, una obra de teatro, un ballet o una pintura, logra emocionar de alguna manera, sea positiva o negativamente, creo que el objetivo del arte se cumple.
Evolución artística: Lucia pinta por una necesidad innata que ha estado con ella desde la infancia. Su primer contacto con el arte fue a los 3 años, cuando su maestra reconoció su talento y se destacó desde entonces. A los 8 años, comenzó un taller en el Ateneo de Montevideo en el que continuó durante años, desarrollando aún más su habilidad y pasión por las artes llegando a licenciarse en Arte en IENBA (Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes ). Su arte es un reflejo de esta conexión temprana y profunda con la creatividad, y cada obra lleva consigo la historia de su evolución como artista desde una edad temprana.
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